Mi primera experiencia con un Porsche se remonta a 1966, cuando aprendí a conducir un tractor Porsche Junior, y mi pasión por Porsche ya estaba encendida.
En 1974, el primer 911 llegó a nuestra familia y yo secuestré el asiento trasero, que fue "mío" desde el primer momento. Por aquel entonces, ya empecé a trabajar en gasolineras y más tarde para un concesionario de coches usados que vendía vehículos a los soldados del ejército estadounidense. En 1976 siguió el camino inexorable hacia el autoempleo y dos años después la primera compra, junto con un amigo, de un 911 usado: un Targa de 1972 en color verde víbora. A partir de los años 80, importé coches de Inglaterra, Estados Unidos y otros países. Estos coches se vendían tal y como estaban o se restauraban previamente: así nació Carpoint. Un amigo y yo compramos nuestro primer Porsche 911 de carreras (modelo del año 1964) en 1984, y desde entonces los Porsches me acompañaron permanentemente de muchas maneras diferentes: Comercio, restauración y rally, así como compra y venta.

Los coches clásicos estaban en auge y ya no eran sólo objetos de nicho para los amantes de los coches aislados. Por ello, también me dediqué a los vehículos ingleses y establecí el comercio, la restauración y la venta de recambios también en este ámbito. Se fundó Carpoint LTD, tras lo cual tuvimos una empresa en Inglaterra y un negocio de restauración en Nueva Zelanda. De esta manera, Carpoint se convirtió en el importador en Alemania, Austria y Suiza de las marcas Ginetta, Marcos y GTD. En los años 90, la importación de coches clásicos y su matriculación se convirtió en nuestro fuerte. Muchos de estos coches eran 911 y a menudo nos planteaban problemas a la hora de matricularlos. Tuvimos que luchar mucho con la situación de los recambios, que no era tan buena, ya que muchas piezas ya no estaban disponibles para los primeros modelos de Porsche. Así que decidí refabricar piezas para coches Porsche, porque el mercado y la demanda estaban definitivamente ahí.